voces asintácticas hipotácticas y paratácticas

domingo, diciembre 24, 2006

Qué será, será

Un grito de auxilio, una sirena, una bocina, un rayo, un flato, un estallido, todos necesitamos ayuda, necesitamos atención. Agustín despertó una mañana con el mismo sentimiento de pesadumbre sobre su cuerpo, las sábanas pesaban en ese momento exactamente 467.23 kilogramos. Después de contemplar el techo y sentir ese malestar en el estómago al prestar atención al desastre que forraba su recámara, decidió levantarse. ¿Pero levantarse para qué? Se volvió para regresar a la cama pero el espectáculo decadente de los platos sucios y la cadena montañosa que simulaba su ropa sucia, lo obligó hacia el baño donde vio esa figura espantosa, quién pensaría en colgar tal pintura si no su madre. Pero no podía deshacerse de ella, requeriría de mucho esfuerzo, pensaba en esto cuando el desánimo lo invadió de nuevo al contemplar esa figura en el espejo, "Eres la persona más especial que hay en este mundo"., "Eres hermoso"., "Este día será el más maravilloso de tu vida"., "Qué espinillota"., no, no los grupos esotéricos no funcionaban, además eran muy caros y los amuletos que debía uno comprar para alcanzar el bienestar y la fortuna estaban fuera de su alcance financiero.

Alzó el brazo, sintió el ardor de su cabeza y casi golpeó el espejo, tendría que barrer las piezas del suelo o quizá no lo haría y después, en otro día como estos, mañana quizá, se enterraría un pedazo de vidrio en la planta del pié.

La situación presentaba un dilema, el eterno dilema, su habitación era inhabitable y en el baño estaba esa horrible pintura y esa aterradora imagen que lo contemplaba del otro lado del espejo. Adónde ir. Qué más escribir. Mañana iría al festival de Gazulovia y conocería a gente, hablaría con gente, vería a gente, evitaría a gente, huiría de gente, se alcoholizaría y se empastillaría.

El payaso de la pintura del baño después de todo no era tan deplorable, hasta se veía chido, pensó. Además tenía unos shorts similares de cuando tenía nueve años, hurgó entre la ropa del armario y por azares del destino lo encontró, al sonreír captó un color rosa pastel y se dirigió a alcanzar la prenda; era perfecta, una camiseta de colores.

Eran las 2:30 cuando llegO a Gazulovia y las 4:55pm cuando encontró un sombrero, a las 5:07 el cuartel hippie le ayudó a colorearlo con acuarelas: Ya estaba, el atuendo perfecto, sentía ya las miradas de los extraños sobre su cuerpo, dio otro sorbo a su cerveza caliente y notó que sabía aún mejor que hacía unos minutos cuando aún estaba fría. Qué sensación, un paroxismo sensual, sensual, sí, así se sentía, los colores le venían bien, Agustín era por unas horas el hombre más feliz de la cola para entrar a los baños...

sábado, diciembre 23, 2006

Don Chorizo y Long Aniza van a Woolomoloo


Ayer me preguntaba si el sufijo '-igo' en amigo y enemigo tendría algo que ver con la misma partícula en conmigo y contigo; esta mañana, después de cerrar mi libro contemplaba la posibilidad de la génesis de una explicación devenida en mi divagar respecto al por qué los americanos dicen "curse" (maldecir) y los ingleses, "swear" (jurar) cuando se refieren a la acción de decir groserías. Ambas palabras resultan del discurso de la religión. Pero no vine a hablar de eso, ni siquiera vine, no me he movido, pero el Internet me llama, mi ego patalea como un crío exigiendo su manifestación a través de mis acciones, y yo lo objetifico y me dualizo artificialmente, como si fuera dos entes. Ay, la dualidad. La ambivalencia y la complejidad de la evolución de las palabras como representantes de la experiencia.

Los francese dicen 'ami' y los italianos, 'amico', si no me equivoco; por ende, posiblemente conmigo y amigo no comparten un sufijo; y, sobra decir, no he investigado ni madres.

Volviendo a mi divagar, pescando ideas que flotan gracias al azar y nada más que el azar, he decidido hablar de (y me tomo unos minutos para decidir qué voy a escribir más allá del cierre de este paréntesis) el hartazgo, la confusión y la ansiedad que estas dos cualidades generan*. Pero cabe puntualizar algo aquí, "hartazgo" es un sentimiento y no sé si tú sepas, pero no todas las culturas tienen palabras para los mismos sentimientos. Es sabido que los polacos no tienen una palabra para designar "vergüenza"; y esto no quiere decir que no la tengan, pero este fenómeno sí sugiere que si la sienten, no la objetivizan como los individuos de otras culturas. Pero volvamos al tema central: la ausencia de ideas para continuar presionando estas teclas. Decía yo, alguna vez, que las galletas te dan mal aliento, y esto está comprobado, degulle unas galletas y después de cuarenta minutos, aproxímate a un espejo, sopla aire caliente y huele: ¡Tarán! Te huele la boca a caca. Después prende tu computadora y escribe estupideces e inventa palabras como "degullar"; salud, chavos, muy buenos días.







* Ya sé que son tres pero YO estoy escribiendo esto.

martes, diciembre 05, 2006

Ramiro, the thinker; not the doer.

Llegó a las 12:01, a las 12:17 salía su tren, habría tiempo para pedir un lonche de pollo para llevar. Como de costumbre, la mujer me preguntó que si quería "mayanei", y después "chilli?", seguido de un "soy sauce?" -Échemelo.

Empezó a atender a otro cliente y su hija me cobró. Le pregunté cuánto era y me sorprendió con un "three eighty," había pagado treinta centavos menos la última vez.

El joven dio una vuelta***, puso sus manos sobre las orejas (-audífonos), mano derecha sobre la bolsa de su pantalón (celular) y luego (cartera); presionó "Play" y se retiró hacia la estación, le quedaban 6 minutos, bajó las escaleras, tomó el tren y dejó aquel lonche sobre el mostrador de la panadería.

***Y luego se dio otra.